sábado, septiembre 26, 2009

Casandra y el porvenir

Casandra es un personaje mitológico que tenía una extraña maldición: Podía ver el futuro. Casandra no podía cambiar su futuro, de algún modo estaba condenada a sufrir por adelantado.

Un día platicaba con un taxista que era santero y me platicaba de los dioses de la santería, que el podía ver el futuro, que incluso una persona la había atacado por predecirle su futuro cuando éste se cumplió. Al final del viaje, al ver que estaba interesado en el tema, me preguntó si quería saber mi futuro. Le dije que no.

Jodorowsky menciona que el tarot, no lee el futuro, lee el presente, porque leer el futuro es de farsantes, porque hacerlo lo propicia.

Hoy empecé a escribir este post motivado por un artículo en el periódico acerca de la manera en que los medios en México, hablan de violencia con imágenes explícitas y hacen run run de la ya tan mencionada idea de que en el 2010 habrá una revolución (1810, 1910), en medio de una crisis como pocas.

Hoy, en medio del miedo y la paranoia, me pregunto si no me estoy uniendo a la pesadilla.

Hace una semana "desperté" en mis sueños dándome cuenta que soñaba y empecé a transformar mi sueño. De pronto podía viajar a mundos bellos pero extraños. Una de las conclusiones que saqué de esta experiencia fue que controlar el sueño requiere de una suerte de voluntad para no dejarse llevar por el sueño.

Hoy se me pega la gana pensar que podemos cambiar, que podemos despertarnos, dejar de soñar esta realidad. El mundo es demasiado bonito para soñar porquerías, que al igual que en mi sueño requerimos de esa voluntad, esa creencia de que las cosas pueden cambiar, que podemos tener paz que podemos amarnos.

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