Los taxis empezaron a existir cuando empecé a trabajar, me han llevado a muchos lados, quizás cuando muera, Caronte venga en su taxi y me conduzca al limbo.
Mucha gente no platica con los taxistas pero hay criaturas interesantes. El taxi tiene la extraña propiedad de juntar a dos personas y llevarlas a contarse cosas muy triviales o muy tremendas, en mis travesías me han contado un chorro de historias, desde un viejito que hace el amor a una señora de las lomas mientras su marido está de viaje y ella le paga hasta el viaje en helicóptero, fantoches que dicen que se tiran a las supermujeres que se suben a su taxi, un muerto que es conducido hacia su velorio hacia veracruz, alguien que comparte mi gusto por algunos autores de libros y que al final me tira la onda,hasta santeros que adivinan el futuro.
Un día las iglesias evolucionarán y pondrán sus confesionarios en los taxis. Por hoy, me han llevado a casa y ha sido un pretexto para escribir en mi blog y agradecerles a mis lectores su paciencia.
domingo, agosto 05, 2007
El taxi y la intimidad
Publicadas por
david
a la/s
1:25 a.m.
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Etiquetas: ciudad de méxico, contemplaciones
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