lunes, agosto 28, 2006

Las "mancias" y el Bailey

Han escuchado hablar de todos aquellos términos que finalizan con la palabra "mancia"?. Quiromancia, Cartomancia, (demancia, en mi caso). Pues bien, en la última navidad, me llegó una botella de Baileys con un mazo de cartas con el nombre de una pelí­cula en cada carta, el juego que proponí­an era muy aburrido. Pensé, entonces, en una mejor aplicación, un tarot peliculesco... Y así­ me he divertido adivinando el pasado, presente y futuro de mis colegas. Un pasado "Obsesión", un presente "Duro de matar", un futuro "Lolita, una pasión prohibida". Pero me pregunto ¿será solo un juego?.

Un tarot es una cosa peculiar, empezando por las letras tarot = rota (rueda), la t repetida significa que como comienza, se termina. El mazo de cartas representa el mundo con todas sus circunstancias. Cada carta representa una situación arquetí­pica, un alfabeto del mundo, donde cada carta es una letra, un alfabeto cuyas combinaciones dan lugar a un mundo completo de situaciones.

Cuando uno barajea un tarot pone en movimiento ese mundo. En la superficie se extienden las cartas, en una distribución (tirada) prefabricada; un molde donde cada lugar representa un aspecto del mundo, pasado, presente, futuro, circunstancias internas y externas; surge un nuevo mundo.

Pero este mundo no es cualquiera, como sucede con el alfabeto común, cada letra no tiene sentido por sí sola, tiene sentido en la medida en que le asociamos un significado, un significado que NOSOTROS damos, el significado que proyectamos de nuestro interior en cada carta.

Por tanto, cuando observamos la tirada no observamos otra cosa mas que nuestro mundo interior. ¿Puede decirnos el tarot el futuro o el pasado?, en la medida en que nuestro mundo interior puede decirlo. Lo cierto que estudiar el tarot es estudiarse a uno mismo, el tarot logra romper nuestra parte racional y si aceptamos que nosotros somos algo mucho mayor a lo racional, es la puerta a un mundo nuevo, donde podemos desmenuzar un poco la bestia interior.

Y podrí­a ser cualquier cosa, el escritorio donde están mis papeles, el viejito que se me aparece en el camión, una canción de Pedro Infante en la B grande de México, los libros en el Sótano. Quizá algunos sistemas como el tarot hagan la cosa más fácil porque hacen corresponder el mundo, al mundo de las imágenes y las letras, que son mucho más familiares a los lengüistas y a los matemáticos, (por cierto aprovechando el viaje, les recomiendo Pi el orden y el caos por si no la han visto, creo tiene algo que ver con esto) y hasta se podrí­a usar alta matemática. Al final, como sucede a los que intentan hacer modelos matemáticos de la bolsa de valores, hacen lo que les late y viene en gana. Como ese adagio de administración, "Tal vez un plan no sirva para nada, pero el proceso es invaluable".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oiga Maistro.
¿Y el Tarot también se basa en las constelaciones y los planetas?
Porque si es asi, que vamos a hacer ahora que no tenemos a Plutón.
Y si nunca lo tuvimos, eso explica el porque haber seguido todos los consejos de las cartas, me dejó...on toy :(

david dijo...

De hecho al Plutón ése lo seguimos teniendo, su influencia ha sido tan grande en los últimos días, supongo provocado por el enojo en su degradación, que ha provocado que miles de seres humanos escriban sobre él :p